La demencia vascular ocurre como consecuencia de la interrupción del aporte de sangre al cerebro. Provoca deterioro de la atención, de la capacidad de concentración y enlentecimiento del pensamiento. Actualmente no tiene cura, pero sí existen tratamientos con y sin fármacos que ayudan al paciente.
Cuando se dice que alguien tiene demencia se está haciendo referencia a un deterioro marcado de la capacidad para procesar el pensamiento.
Ese deterioro es mayor que el que se puede esperar en su grupo de edad, por ejemplo, entre la población adulta mayor.
En general los afectados por demencia experimentan deterioro de procesos como la atención, memoria, lenguaje y pensamiento, los llamados procesos cognitivos.
La demencia no es una enfermedad en sí, sino un síndrome que es el resultado de otras enfermedades.
Existen decenas de enfermedades que pueden causar demencia, la más conocida es la enfermedad de Alzheimer.
También las enfermedades que afectan el flujo de sangre en el cerebro pueden ser origen de la demencia, en específico la llamada demencia vascular.
¿Qué es la demencia vascular?
La demencia vascular es un tipo de demencia causada por la afectación del flujo sanguíneo al cerebro.
Sin aporte de sangre, las células cerebrales no reciben los nutrientes que necesitan para sobrevivir y mueren.
Entre otras consecuencias, la persona afectada tendrá problemas para mantener la atención centrada, realizar tareas que requieren muchos pasos y planificación, y experimentará un enlentecimiento de la velocidad en la que procesa la información.
Qué causa de demencia vascular
La enfermedad cerebrovascular (ECV) es la principal causa de demencia vascular.
La ECV se clasifica en dos subtipos:
- Isquémica, también llamada ictus isquémico o infarto cerebral: cuando hay interrupción o disminución del flujo sanguíneo debido a un coágulo o a materia grasa.
- Hemorrágica, también conocida como hemorragia cerebral. Ocurre cuando se rompe un vaso sanguíneo.
Los síntomas de demencia vascular pueden surgir inmediatamente después de un ictus, es lo que se conoce como demencia postinfarto, o los síntomas pueden desarrollarse gradualmente, por ejemplo, debido a pequeños microinfartos que pueden llegar a pasar desapercibidos.
En este último caso se denomina demencia multiinfarto.
Con frecuencia un mismo paciente desarrolla demencia vascular y Alzheimer, es lo que se llama demencia mixta.
Se han identificado factores que incrementan el riesgo de padecer ECV, entre los más conocidos:
- Hipertensión arterial
- Colesterol alto
- Antecedentes de enfermedad cardiovascular
- Sedentarismo
- Sobrepeso
- Diabetes
- Tabaquismo
Síntomas de demencia vascular
Los síntomas de demencia vascular varían según la zona del cerebro afectada.
Al contrario del alzhéimer, en la demencia vascular la memoria no siempre está deteriorada.
Es frecuente ver entre los pacientes con demencia vascular:
- Dificultades para concentrarse y prestar atención.
- Dificultades para seguir instrucciones.
- Afectación en la habilidad para realizar tareas cotidianas debido a los problemas de concentración y la dificultad para seguir instrucciones.
- Problemas para organizar tanto acciones como pensamientos.
- Enlentecimiento del pensamiento. Podemos ver que al afectado le cuesta más tiempo procesar lo que se le dice y elaborar una respuesta.
- Alteraciones emocionales, especialmente depresión y apatía.
Fases de la demencia vascular
A diferencia del alzhéimer, en la demencia vascular no se puede hablar de fases definidas por las que pasa cada paciente.
Puede suceder que después de un ictus la persona experimente un deterioro marcado que se mantenga sin cambios importantes durante años.
También puede ocurrir que después del ictus, el deterioro vaya instaurándose progresivamente.
Si el paciente experimenta varios ictus a lo largo del tiempo, es posible que con cada uno de ellos el deterioro del funcionamiento cognitivo sea mayor.
También se dan casos en los que la demencia comienza a aparecer meses después de ocurrir el evento que afectó el cerebro.
Si deseas profundizar en este tema, te recomendamos leer este artículo sobre las fases de la demencia vascular.
Cómo se diagnostica demencia vascular
Para el diagnóstico de demencia vascular los profesionales médicos valorarán 3 puntos:
▸ Deterioro de procesos cognitivos como el lenguaje, atención y memoria
Para esto se realizan entrevistas al paciente y sus familiares que exploran la presencia de posibles síntomas de deterioro cognitivo.
Además se realizan pruebas neuropsicológicas, que pueden ser habladas o escritas, en las que también se valora el posible deterioro cognitivo.
▸ Lesiones de origen vascular en el cerebro
Pruebas de imagen como la resonancia magnética ayudarán a identificar las lesiones provocadas en el cerebro por la enfermedad cerebrovascular.
El profesional médico también realizará pruebas sencillas como caminar o presionar la mano para constatar la presencia de signos de deterioro cerebrovascular.
▸ Relación temporal entre las lesiones cerebrales y el deterioro de los procesos cognitivos
La entrevista y las pruebas de imagen y clínicas ayudarán a identificar una posible relación temporal entre la enfermedad cerebrovascular y la aparición de síntomas de demencia.
Como parte del proceso diagnóstico también se realizarán analíticas de sangre que ayudan a descartar otras posibles causas de los síntomas que está experimentando el paciente.
Tratamiento de la demencia vascular
En la actualidad el tratamiento de demencia vascular va encaminado a:
- Prevenir que ocurra un mayor deterioro del cerebro debido a accidentes cerebrovasculares.
- Manejar los síntomas de deterioro cognitivo y las alteraciones de conducta.
Ningún tratamiento actual puede curar la demencia vascular, pero prevenir que ocurran nuevos ictus es clave para evitar un mayor deterioro.
En este sentido las medidas preventivas son similares a las que se recomiendan a todos los pacientes en riesgo o que ya hayan experimentado algún tipo de enfermedad cerebrovascular:
- Medicación para tratar la hipertensión, diabetes, colesterol alto o cualquier otra condición médica que pueda influir en la salud cerebrovascular.
- Modificaciones en el estilo de vida que disminuyan el riesgo vascular, por ejemplo, llevar una dieta más saludable.
Para tratar el deterioro cognitivo, los profesionales médicos podrían plantear el uso de alguno de los fármacos que se utilizan en el tratamiento del alzhéimer, especialmente si se sospecha la presencia de demencia mixta.
Estos medicamentos pueden provocar como efecto secundario molestias gastrointestinales, agitación, entre otros síntomas.
Desde el punto de vista no farmacológico, profesionales como los terapeutas ocupacionales y los psicólogos pueden ayudar a mejorar la calidad de vida y el desempeño en la vida cotidiana de los afectados por demencia.
Para conocer más sobre el tratamiento de la demencia vascular, recomendamos este artículo.
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