El deterioro cognitivo vascular (DCV) va desde el deterioro leve hasta la más franca demencia vascular. Su origen está en enfermedades que dañan los vasos sanguíneos del cerebro, como el ictus, que están determinadas en buena medida por factores de riesgo modificables.
Al hablar de deterioro cognitivo hacemos referencia a las alteraciones del funcionamiento de procesos como la memoria, el pensamiento, la capacidad de planificar nuestra propia conducta o simplemente orientarnos en el espacio que nos rodea.
Una persona puede tener alteraciones leves de estos procesos que apenas interfieren con su día a día, pero hay casos en los que el deterioro de los procesos cognitivos es tan marcado que se considera que la persona tiene demencia.
En TiTi hemos hablado en varias ocasiones sobre qué puede provocar que se afecten tus procesos cognitivos. Tal vez la causa más conocida sea la enfermedad de Alzheimer, pero lejos está de ser la única.
Entre los principales factores que provocan deterioro del funcionamiento cognitivo están las enfermedades cerebrovasculares, que causan el llamado deterioro cognitivo de origen vascular.
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Deterioro cognitivo vascular: definición
Para los amantes de los conceptos “oficiales” reflejamos uno citado en un artículo de 2017 publicado en la revista Circulation Research y que considera que:
El deterioro cognitivo vascular se refiere a todas las formas de trastornos cognitivos asociados con la enfermedad cerebrovascular, independientemente de los mecanismos específicos implicados. Abarca toda la gama de déficits cognitivos, desde el deterioro cognitivo leve hasta la demencia.”
La enfermedad cerebrovascular, también conocida como ictus en el contexto español, está provocada por la alteración del flujo sanguíneo que provee de oxígeno y nutrientes a las células cerebrales.
Cuando no llega oxígeno y nutrientes a las células del cerebro, estas mueren y se ven dañadas las funciones en las que estaban involucradas.
Hay que tener en cuenta que la enfermedad cerebrovascular puede ser muy evidente y abrupta, como ocurre en los casos de infarto cerebral, o por el contrario, pasar de forma desapercibida para la persona. En estos casos es frecuente que determinados tipos de pruebas de imagen reflejen que existe un daño de origen vascular en el cerebro.
Cuando el deterioro de funciones como la capacidad de planificación, la memoria o el lenguaje está provocado por enfermedades cerebrovasculares, entonces hablamos de deterioro cognitivo vascular.
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¿Qué síntomas provoca el deterioro cognitivo vascular?
Estamos ante una entidad muy diversa porque sus manifestaciones dependerán en gran medida de estos factores:
- El tipo de enfermedad cerebrovascular.
- La localización del daño en el cerebro.
- La extensión del daño.
Entre los síntomas más frecuentes del deterioro cognitivo vascular podemos encontrar:
- Deterioro de la capacidad de planificación y razonamiento.
- Alteraciones de la marcha.
- Enlentecimiento en el procesamiento mental.
- Problemas de memoria.
- Dificultades para hablar.
- Depresión
- Apatía
- Ansiedad
Hay que tener en cuenta que estos son solo algunos síntomas frecuentes y en cada persona pueden manifestarse otros, dependiendo del área cerebral afectada y de la magnitud del daño.
¿Es reversible el deterioro cognitivo vascular?
En algunas ocasiones el deterioro cognitivo vascular puede ser revertido, por ejemplo, cuando está más asociado a la depresión causada por la enfermedad cerebrovascular que a los daños cerebrales en sí o durante el periodo de recuperación de un infarto cerebral.
Nuevamente, repetimos, dependerá en buena medida del daño que ha experimentado el cerebro.
Sin embargo, cuando ya el deterioro ha llegado al punto de considerarse demencia vascular su reversibilidad es improbable.
¿Se puede prevenir el deterioro cognitivo vascular?
Si partimos del hecho de que este tipo de deterioro cognitivo está causado por enfermedades cerebrovasculares y que estas están influidas por factores de riesgo plenamente identificados, entonces sí podríamos plantear que cada uno de nosotros puede disminuir el riesgo de padecer deterioro cognitivo vascular y su más temido extremo, la demencia vascular.
Por supuesto, nadie puede asegurarte totalmente que no experimentarás estos males, pero sí que puedes disminuir el riesgo, ¿cómo? Pues como ya dijimos, controlando los factores de riesgo cerebrovascular, por ejemplo:
- Manteniendo en niveles saludables los valores de tensión arterial, colesterol y peso corporal.
- Tratar adecuadamente la diabetes, si se padece.
- Llevar una vida física y mentalmente activa.
- Evitar el consumo de tabaco y el consumo excesivo de alcohol.
- Llevar una dieta sana.
Hay que tener en cuenta que estas recomendaciones son válidas tanto para las personas que aún no padecen de deterioro cognitivo como para aquellas que sí lo padecen y quieren enlentecer o prevenir mayor deterioro.
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Una vez que ya se ha establecido el diagnóstico de deterioro cognitivo vascular, ¿cómo se trata?
No existe un tratamiento específico para el deterioro cognitivo de origen vascular, pero sí existen diversas estrategias terapéuticas que pueden ayudar. Es fundamental seguir las orientaciones de su médico en relación al tratamiento de la enfermedad vascular que hay de base para evitar nuevos daños al cerebro.
Seguramente, en función de su caso, le sean prescritos medicamentos específicos, por ejemplo, para tratar la hipertensión, además de recomendarle modificaciones en su estilo de vida en la línea de lo que hablamos anteriormente: vida físicamente activa y dieta saludable.
En los casos en los que ya hay establecida una demencia vascular, entonces el médico a cargo del caso podrá prescribir alguno de los fármacos empleados en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer.
En algunos ensayos clínicos se ha observado que los fármacos usados en el alzhéimer pueden mejorar algunos síntomas de la demencia vascular (no curan o frenan la demencia), aunque también hay que saber que existen ensayos clínicos que no reflejan eficacia de este tratamiento.
Ya finalizando el artículo me gustaría insistir en la importancia de los factores modificables, esos que está en nuestra mano poder cambiar. Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de la actividad física y de la dieta saludable.
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Fuentes y referencias
Martin Dichgans and Didier Leys (2017): Vascular Cognitive Impairment. Circulation Research. En https://www.ahajournals.org/doi/full/10.1161/CIRCRESAHA.116.308426?url_ver=Z39.88-2003&rfr_id=ori:rid:crossref.org&rfr_dat=cr_pub%3dpubmed
van der Flier, Wiesje M.; Skoog, Ingmar; Schneider, Julie A.; Pantoni, Leonardo; Mok, Vincent; Chen, Christopher L. H.; Scheltens, Philip (2018): Vascular cognitive impairment. Nature Reviews Disease Primers. En https://www.nature.com/articles/nrdp20183