¿Despistes o primeras señales de Alzhéimer?


Algunos olvidos cotidianos pueden ser normales aunque hagan temer las primeras señales de Alzhéimer. Descubre algunas pistas para diferenciarlos.


primeras señales de Alzhéimer

Si estás leyendo este artículo posiblemente en más de una ocasión te ha asaltado el temor: ¿Estaré “perdiendo la cabeza”? Cualquier olvido puede ser fuente de preocupación y lo que antes eran graciosos despistes en tiempos de Alzhéimer hacen pensar lo peor.

Si añadimos a la ecuación un familiar cercano con demencia entonces un olvido benigno puede terminar siendo el origen de una verdadera angustia.

Hoy queremos aportar un poco de claridad sobre este tema. Se han identificado cuáles son las primeras señales de la enfermedad de Alzhéimer y aunque no siempre es posible diferenciarlas de un envejecimiento cognitivo normal sí hay algunas pistas que pueden ayudar…o aliviar.

Memoria

Olvidos hemos tenido todos sin que por ello corramos al médico. Es normal olvidar momentáneamente algo pero no olvidar la existencia de ese objeto o para qué sirve. ¿Dónde dejé las llaves? Bien ¿Llaves? ¿Qué llaves? Eso sí tal vez  justifique la visita al médico.

En una entrevista para el Dallas News, Richard Lipton , director del proyecto de investigación Einstein Aging Study en el Colegio Albert Einstein de Medicina de New York dijo que para él es importante hacer una distinción entre los problemas de recuperación y los de almacenamiento y pone un ejemplo: cuando en una fiesta conoces a alguien y después le preguntas a tu pareja cómo se llamaba esa persona, tu pareja responde y tú recuerdas inmediatamente: “Ah, si, es verdad”.

A situaciones como estas Lipton no les llama problemas primarios de memoria sino de recuperación y añade: “Cuando dices «Ah, si» también deberías decir «Oh, Dios, gracias»”.

Orientación temporal y espacial

Confundir momentáneamente qué día del mes es o incluso de la semana puede ser normal. No saber en qué año estamos es más llamativo. Perdernos en lugares nuevos a todos nos ha pasado, que suceda en lugares comunes mil veces transitados, como el camino del súper a casa, puede indicar la necesidad de observar más detenidamente las causas.

No saber cómo llegó a un lugar que le es extraño (sin serlo en verdad) definitivamente merece una visita al médico.

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Funciones ejecutivas

Problemas para hacer tareas comunes: si no sabes bien cómo usar un nuevo equipo eres uno más entre miles. Si hacer la cena que antes harías con los ojos cerrados te supone un problema al punto de no poder hacerla (porque se te arma un “lío en la cabeza”) mejor estar atentos.

Lenguaje

Los problemas del lenguaje son otro de los síntomas que los especialistas toman en consideración. De hecho una investigación reciente indicaba que en personas más jóvenes síntomas diferentes a la pérdida de memoria pueden ser las primeras señales de la enfermedad de Alzheimer.

Tener una “palabra en la punta de la lengua” en algunas ocasiones a todos nos sucede; rellenar con explicaciones sobre la palabra perdida de forma habitual, “esa cosa dónde se ven las noticias” en lugar de televisión, ya no es tan normal. Perdernos en las conversaciones, sin saber de qué estábamos hablando unos segundos antes o cómo o de qué continuar hablando tampoco.

Alteraciones afectivas

Que tire la primera piedra quien no ha tenido momentos de mal humor o uno de esos conocidos bajones emocionales. Sin embargo, cambios drásticos y constantes en la personalidad y el humor en comparación con estados anteriores merecen una atención más minuciosa.

La depresión, por ejemplo, ha es considerado un factor de riesgo importante de la enfermedad de Alzhéimer.

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Conclusiones

Los expertos no dejan de repetir que las causas para cada uno de estos síntomas pueden ser muchas. De hecho, alteraciones como el hipertiroidismo, desequilibrios hormonales o interacciones entre medicamentos pueden provocar síntomas como los descritos aquí.

Se hace énfasis en que un cambio significativo en el comportamiento y funcionamiento previo que afecte el normal desarrollo de la vida cotidiana posiblemente merezca una visita al médico. El no entender esa nueva aplicación que su hijo o nieto de 12 años maneja tan bien solo le convierte en uno más.

 

Nota: Artículo publicado originalmente por el blog Medciencia como colaboración de nuestra fundadora, Dunia Chappotin.

Redacción TiTi