La compañía biofarmacéutica Grifols anunció recientemente que su terapia para el alzhéimer, basada en el recambio plasmático, logra ralentizar significativamente el avance de la enfermedad en pacientes en fase moderada.
Resultados de fase III, basados en investigaciones en pacientes en fase moderada de alzhéimer; una terapia que para muchos era más una curiosidad que una vía sólida para enfrentarse a la enfermedad: todo eso y más ha contribuido a que el golpe de efecto de Grifols sea de los que se recuerdan.
No muchos esperaban estos resultados y ahí están, como informa la empresa en un comunicado:
En la población de pacientes con alzhéimer en estadio moderado los resultados han demostrado, con significación estadística, una ralentización del 61% en la progresión de la enfermedad”
Un punto destacable es que la terapia en sí no es nueva, sino que ya se emplea en otras enfermedades, con lo cual su utilización una vez se confirmen los datos del ensayo clínico queda a criterio médico, según informa Cinco Días en un artículo reciente.
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¿En qué consiste la terapia?
Es un recambio plasmático que se realiza de forma periódica. Según explican en el sitio oficial de Grifols:
El recambio plasmático consiste en extraer sangre al paciente y separar sus componentes celulares del plasma en la máquina de plasmaféresis”
El plasma es la parte líquida de la sangre que es rica en proteínas, especialmente en albúmina. A continuación:
Tras la separación del plasma, este se reemplaza con albúmina (en la mayoría de los casos) y se reinyecta al paciente junto con los componentes celulares”.
La albúmina empleada se comercializa bajo la marca comercial Albutein.
¿Por qué esta terapia puede ser efectiva contra el alzhéimer?
La clave está, según explican desde Grifols, en que la proteína beta amiloide, que se acumula patológicamente en el cerebro de los afectados por alzhéimer, circula unido a la albúmina en la sangre.
Esta proteína, además, se encuentra en el líquido cefalorraquídeo, manteniendo un equilibrio dinámico con la beta amiloide del plasma.
El recambio plasmático vendría a alterar ese equilibrio, contribuyendo a desplazar la beta amiloide acumulada en el cerebro hacia el plasma.
Con la extracción de plasma ya se eliminaría parte de la beta amiloide acumulada y la nueva albúmina, a su vez, capturaría más beta amiloide.
Además de este rol limpiando el cerebro de beta amloide, a la albúmina se le reconocen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, lo que ayudaría a controlar el daño que ocasiona el alzhéimer en el cerebro de los afectados.
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¿Qué se observó en este ensayo clínico?
El ensayo clínico, denominado AMBAR, incluyó a un total de 496 pacientes en fase leve o moderada de alzhéimer divididos en 4 grupos; tres grupos de tratamiento y un grupo control que recibió una terapia placebo.
El tratamiento tuvo una duración de 14 meses, al final de los cuales los investigadores observaron que los pacientes en fase moderada que recibieron la terapia habían deteriorado mucho menos que los pacientes en el grupo placebo.
En una escala que mide el funcionamiento cognitivo la ralentización llegó a estimarse en 66%, mientras en una prueba que evalúa las habilidades para la realización de actividades de la vida diaria, la progresión fue un 52% más lenta en los pacientes en fase moderada bajo terapia.
Los pacientes en fase leve de la enfermedad se mantuvieron estables, pero algo semejante ocurrió en el grupo control, con lo cual estadísticamente no se detectaron diferencias significativas.
Resultados que, si se confirman, son contundentes y pueden marcar un antes y un después en la vida de muchas personas con la enfermedad.
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Incógnitas por despejar
Aunque la noticia es excelente, sin dudas, hay que señalar que esta terapia no es la ideal cuando se habla de alzhéimer, una enfermedad que padecen millones de personas en el mundo.
En primer lugar está el hecho de que implica un desplazamiento a un centro hospitalario; la utilización de equipos y material específico, además del personal capacitado. Definitivamente no es como ir a la farmacia y adquirir un fármaco.
Queda la duda de si es una terapia que la persona deberá realizar periódicamente por tiempo indefinido o ya los investigadores han logrado acotar un tiempo específico para lograr la efectividad deseada.
Muchas incógnitas seguramente no pueden ser respondidas aún ni por los propios investigadores, debido al tiempo que implica cualquier investigación en el campo del alzhéimer, una enfermedad de larga evolución.
Por ahora podemos quedarnos con la buena noticia y un mensaje: contra el alzhéimer se puede.
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Fuentes y referencias
Grifols (2018): El ensayo clínico AMBAR de Grifols demuestra una significativa ralentización del alzhéimer (61%) en pacientes en estadio moderado. En https://www.grifols.com/documents/10192/59655359/np-20181027-es/a5bd1828-5ba9-4920-8620-3f7ec9437d89
Páez, A (2016): The AMBAR trial: an interim analysis. En https://cdn.ymaws.com/www.apheresis.org/resource/collection/72817380-AB5E-4222-865E-185C62C8F75B/16.05.06_-_1445_-_CELEBRITY_ABCD_-_PAEZ.pdf
Simón, R (2018): El laboratorio Grifols encuentra una fórmula para ralentizar el progreso del alzhéimer. En https://cincodias.elpais.com/cincodias/2018/10/26/companias/1540577726_314817.html