Los probióticos son microorganismos vivos que al ser ingeridos en cantidades adecuadas disminuyen el dolor abdominal que se padece en el trastorno conocido como síndrome del intestino irritable.
Las enfermedades del tracto gastrointestinal (TGI) son motivo de consulta médica frecuente y varias de las más comunes presentan pobre respuesta al tratamiento farmacológico.
Por esta razón, el interés en el empleo los suplementos nutricionales con fines terapéuticos va creciendo, principalmente aquellos a base de probióticos.
Estos preparados contienen microorganismos en cantidades suficientes como para alterar la microbiota intestinal.
El síndrome del intestino irritable (SII) es considerado un trastorno gastrointestinal que se asocia a hipersensibilidad visceral, alteración de la motilidad del TGI y comorbilidades psiquiátricas.
Se le ha estimado una prevalencia mundial de 10%-20% con predominio en el sexo femenino en proporción 3:2.
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¿Existe algún tratamiento para el SII?
No existe un tratamiento curativo y las opciones disponibles son paliativas y están dirigidas más bien al tratamiento de síntomas específicos mediante estrategias farmacológicas, psicológicas y dietéticas.
Abordaje terapéutico a base de probióticos
Los probióticos son microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud de la persona que los toma.
Esto se debe a que tienen capacidad de unión al epitelio intestinal, sitio desde el cual promueven la producción de sustancias que inhiben la adhesión e invasión de patógenos.
Se ha observado que el tratamiento con probióticos disminuye el dolor abdominal y resulta en una mejoría de los síntomas al restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal.
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Estudios científicos que soportan estos criterios
Existe una gran cantidad de estudios que evalúan la eficacia y la seguridad del tratamiento del SII con probióticos, en ellos se han probado varias preparaciones de probióticos tanto en animales como en humanos.
Se han obtenido resultados positivos más contundentes (una mejoría clínica de hasta el 80% de los pacientes tratados) en el cambio de microbiota intestinal a través del uso de especies conjugadas.
El término conjugación se refiere al proceso de transferencia de información genética desde una bacteria donadora a otra receptora, para de este modo obtener una especie que cuente con las características más adecuadas.
Dieta baja en carbohidratos versus probióticos versus dieta occidental
La dieta FODMAP consiste en el consumo dietético reducido de carbohidratos difíciles de digerir o poco absorbidos en el intestino delgado.
Algunos estudios sugieren que esta dieta disminuye los síntomas gastrointestinales y contribuye al mejoramiento del estatus nutricional en personas hospitalizadas con diarrea; y que además ayuda al control de los síntomas en personas con SII.
Una investigación danesa del 2014 comparó el uso de esta dieta con los probióticos y la dieta occidental convencional, y demostró la utilidad de las dos primeras estrategias en el control sintomático del SII.
No obstante, sería interesante emprender estudios comparando si el consumo de probióticos solamente puede llegar a ser superior a la dieta FODMAP en la modificación clínica de la enfermedad.
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