El procesamiento de las recompensas es diferente entre las personas dentro del espectro del autismo y las personas neurotípicas. Los primeros activan el sistema de recompensa ante estímulos que corresponden a sus intereses, mientras que las señales sociales se asocian a hipoactivación.
El sistema de recompensa está formado por diferentes estructuras cerebrales que intervienen en nuestra motivación, en la capacidad de sentir placer y cómo no, en nuestra instintiva tendencia a responder positivamente a las señales gratificantes sociales.
Una sonrisa o un comentario aprobatorio actúan como estímulos positivos que activan nuestro sistema de recompensa, por eso siempre queremos más.
Pero eso no parece suceder en todos, no, al menos, en las personas dentro del espectro del autismo.
Según una investigación reciente, publicada en la revista JAMA Psychiatry, en las personas con trastorno del espectro del autismo (TEA) el sistema de recompensa funciona diferente a como lo hace en las personas neurotípicas, no activándose con estímulos que sí funcionan como activadores en la población general, por ejemplo, con las recompensas sociales.
¿Problema o solo diferencia? La autora principal de este estudio, la estudiante de doctorado de la Universidad de Pennsylvania Caitlin Clements, prefiere hablar de motivación atípica:
Los resultados sugieren que ampliemos nuestra comprensión de la hipótesis de la motivación social para incluir la motivación atípica para las recompensas sociales y no sociales.
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Más atención a los estímulos no sociales que entran dentro de sus intereses
Para realizar este estudio los investigadores aplicaron una técnica muy avanzada que les permitió analizar las imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) de 13 investigaciones previas que exploraron el sistema de recompensa de personas dentro del espectro.
En total se recopilaron datos de 256 personas con TEA y 246 individuos neurotípicos.
Ya con anterioridad un estudio publicado en Molecular Autism había reflejado que el sistema de recompensa de las personas con TEA tenía una respuesta más intensa ante estímulos de naturaleza no social (por ejemplo, un videojuego) que entraran dentro de sus intereses, no así con estímulos gratificantes sociales.
En las personas neurotípicas sucedía un poco lo contrario: los estímulos sociales, como una sonrisa, sí activaban el sistema de recompensa.
Con el nuevo estudio publicado en JAMA Psychiatry, los investigadores volvieron a encontrar que «las personas con TEA muestran un procesamiento atípico de las recompensas sociales y no sociales»
Con estímulos gratificantes sociales y no sociales no relacionados con sus intereses, el sistema de recompensa de una persona con TEA parece estar hipoactivo, mientras que con un estímulo no social que sí entre dentro de sus intereses se hiperactiva.
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Un grano de arena más en la teoría de la motivación social
Estos resultados vienen a ampliar el campo de la Teoría de la Motivación Social en el Autismo, que plantea que a las personas con TEA los estímulos sociales les resultan menos gratificantes.
Debido a lo anterior, cuando son pequeños atienden menos a la información social y se pierden un valioso aprendizaje, un déficit que después se manifiesta en la falta de habilidades para la interacción social.
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Fuentes y referencias
Clements et al (2018): «A meta-analytic evaluation of the Social Motivation Hypothesis of Autism: Processing deficits extend beyond social rewards,» JAMA Psychiatry
Kohls et al (2018): «Altered reward system reactivity for personalized circumscribed interests in autism,» Molecular Autism. En https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5791309/pdf/13229_2018_Article_195.pdf
Children’s Hospital of Philadelphia (2018): CHOP’s Center for Autism Research Shows How the Brain’s «Reward Circuit» Plays a Key Role in Symptoms of Autism Spectrum Disorder