Primero puedes intentar confirmar si realmente es depresión, después decidir las opciones de tratamiento que más se ajustan a tu caso y a tus preferencias. Eso sí, que quede claro: prohibido rendirse.
Recientemente escuché a una persona describir la depresión como un apagón, como si algo se te apagara por dentro.
Esa misma persona contaba que cuando estaba en medio de su episodio depresivo, la llegada del momento de levantarse en la mañana le suponía un gran esfuerzo porque “tenía que pasar por otro día”.
Su único deseo durante todo el día era que llegara la hora de volver a ir a la cama.
Es un ejemplo clásico de depresión, una afectación del estado emocional que no siempre se manifiesta tan claramente.
Muchas veces decimos tengo depresión y pasados pocos días ese estado de ánimo pasa, ¿era o no depresión?
Pues podías tener unos días malos, algo muy normal y por lo que pasamos todos, o algún trastorno del estado de ánimo de menor duración, pero depresión estrictamente entendida, no.
Actualmente, los principales criterios que rigen para considerar un episodio de alteración emocional como depresión establecen que los síntomas deben haberse manifestado por un mínimo de dos semanas.
¿Qué síntomas? ¿Cómo sé si tengo depresión? ¿Existe algún test para saber si tengo depresión? A todo eso intentaremos darle respuesta.
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Cómo saber si tengo depresión
La forma más fiable de saber si se tiene depresión es ir a un especialista, psicólogo o psiquiatra, que rápidamente podrá definirlo mediante la aplicación test para la depresión muy sencillos, por ejemplo, la escala de depresión de Zung.
Pero sabemos que no todos quieren ir a un especialista en salud mental (o no pueden permitírselo) por eso la otra forma de saber si tienes depresión es autoevaluar tus síntomas.
Los síntomas de depresión, específicamente del llamado episodio depresivo mayor, deben haberse manifestado durante al menos dos semanas y estar presente esos síntomas clásicos de “bajón” (tristeza, desánimo) o la incapacidad para disfrutar de cosas que antes te generaban placer.
Este último síntoma es muy fácil de distinguir y puede orientarte para saber si tienes depresión. Las personas con depresión muchas veces pierden la capacidad de disfrutar de una película o estar con amigos, por ejemplo.
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Por supuesto que esos síntomas no son los únicos de una enfermedad tan compleja como la depresión. Otros síntomas que suelen estar presentes (al menos 5, incluyendo los dos anteriores):
- Cambio en el peso corporal, ya sea porque aumenta o disminuye. Los cambios resultan del aumento o la disminución del apetito que se da en algunas personas con depresión.
- Problemas para dormir, ya sea porque te cuesta mucho conciliar y mantener el sueño (insomnio) o porque duermes más horas de las consideradas normales, lo que se conoce como hipersomnia.
- Agitación que puede ser notada por quienes te rodean o, por el contrario, un enlentecimiento en tus movimientos y expresiones (enlentecimiento psicomotor) que también es evidente para las personas con las que interactúas en el día a día.
- Te sientes fatigado, cansado, con falta de energía casi todos los días.
- Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos e inapropiados. Sientes que eres un fracaso, que no eres lo suficientemente bueno en algo o que determinada circunstancia adversa ocurrió por tu culpa. Por ejemplo, alguien que haya roto recientemente con su pareja puede llegar a pensar que ocurrió porque no era lo suficientemente guapo o guapa.
- Disminuye tu capacidad para concentrarte y pensar.
- Llegas a pensar en la muerte o incluso, en grados extremos, llegas a intentar quitarte la vida.
Si no tengo todos estos síntomas, ¿significa que no tengo depresión?
Sí puedes tener depresión, aunque no manifiestes todos estos síntomas, de hecho, si los tienes todos y muy intensos es posible que tengas una depresión bastante grave que te impida desarrollarte normalmente en la vida cotidiana.
Hay personas que tienen una depresión más leve, que no le impide seguir desarrollando sus actividades diarias, otros que tienen una depresión moderada que sí llega a impedirles realizar algunas tareas con éxito, por ejemplo, rendir bien en los exámenes, mientras otros llegan al extremo de apenas poder salir de la cama.
Ten en cuenta estas circunstancias especiales al evaluar tu estado
Hay estados muy semejantes a la depresión, de hecho, cursan con estado de ánimo depresivo, pero no llegan a ser considerados un trastorno depresivo mayor o la depresión como clásicamente la entendemos la mayoría.
Por ejemplo, si eres mujer, durante la semana previa a tu periodo menstrual y algunos días después, te puedes sentir deprimida, irritable y tener problemas interpersonales. Es lo que popularmente se llama síndrome premenstrual.
También puede suceder que en los meses de invierno te sientas de “bajón”, es lo que se conoce como trastorno afectivo estacional.
Por último, muchas personas tienen una forma de depresión crónica, que ha persistido por al menos dos años (conocida como distimia), en que los síntomas son más leves que el trastorno depresivo mayor y llegan al lamentable punto de considerarlos su estado normal.
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Sí, tengo depresión, ¿qué hago?
Si viendo los síntomas consideras que sí tienes depresión, es momento de tomar cartas en el asunto, ¿no crees? Al menos ya has dado un paso importante y que habla de tus ganas de sentirte mejor, has buscado información.
En primer lugar, siempre recomendamos acudir a un especialista que nos de la ayuda extra que necesitamos para enfrentar esta enfermedad.
Porque la depresión es una enfermedad, igual que lo es la diabetes, por ejemplo. Antes de hablar de tus opciones, hablemos rápidamente de las causas de la depresión, algo que seguro te ayudará a entender las alternativas de tratamiento.
¿Qué causa depresión?
Tengo depresión porque rompí con mi pareja, tengo depresión laboral, tengo depresión porque falleció un familiar o porque no soy guapa…las razones para estar deprimidos son tantas como personas padecen el trastorno.
Sin embargo, seguro has observado que ante un mismo evento las reacciones de quienes nos rodean es muy variada. Ante una ruptura sentimental algunos experimentan depresión y otros no, lo misma diversidad la encontramos en cualquier otra situación.
¿Por qué en unos sí se desarrolla depresión y en otros no? En la actualidad, la idea más aceptada es que existe una mezcla de condicionamientos genéticos, vulnerabilidades de personalidad y estresores ambientales que desencadenan la depresión.
Cuando una persona con vulnerabilidades genéticas o de personalidad (por ejemplo, tiene pocas herramientas para la solución efectiva de conflictos) se ve sometida a situaciones estresantes, puede ocurrir un desbalance en los químicos cerebrales que llevan a que se desencadene la depresión.
Los fármacos antidepresivos lo que hacen (cuando lo logran) es restablecer ese equilibrio en los neurotransmisores cerebrales.
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Qué hacer cuando tengo depresión
Ya mencionamos que somos conscientes de que hay personas a las que no les gusta acudir a profesionales de la salud mental (muchas veces por prejuicios que es mejor ir desterrando) o simplemente no pueden permitírselo.
Cuando la depresión es leve y la persona cuenta con recursos personales y sociales (familia, amigos, trabajo que le motiva) de apoyo, puede intentar:
- Manter el contacto con tu círculo social, ve a tomar un café o haz una cena en casa para los amigos. Aunque tu primera reacción sea alejarte de quienes te rodean, no lo hagas. No menosprecies el poder de las relaciones sociales.
- Practicar deporte. Ya sé que se recomienda para todo, pero es que funciona. No es una solución mágica (aunque cuando termines tu sesión de entrenamiento el subidón te haga pensar que sí), pero poco a poco verás los resultados. Son miles los testimonios de personas a la cuales la práctica deportiva las ha ayudado a salir de la depresión.
- Comer sano, en especial alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 y vitaminas del complejo B.
- Mantén tus rutinas, en especial las relacionadas con el horario de sueño que tiende a desestabilizarse mucho.
- No evites tus miedos, que es la forma habitual en que enfrentamos aquellas situaciones que nos resultan desagradables. Eso solo genera más emociones negativas. Busca soluciones, habla abiertamente de tus miedos, pide ayuda.
- Si crees que alguna terapia alternativa puede ayudarte, adelante. Muchas personas encuentran que el yoga u otras técnicas de meditación les ha ayudado a superar la depresión.
- En herboristerías puedes encontrar las llamadas terapias naturales, como la hierba de San Juan. No se ha demostrado que funcionen, pero de nuevo, en algunas personas tienen efectos positivos. Si tomas alguna otra medicación, consulta antes con tu médico.
Muchas personas verán como ocurre una mejoría paulatina de la depresión, en muchos casos sin que haya mediado un tratamiento específico.
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Necesito ayuda para salir de la depresión, ¿qué opciones tengo?
Cuando la depresión es moderada o severa o cuando la persona no cuenta con recursos personales o sociales suficientes, una ayuda extra va a ser necesaria.
Existen dos opciones de tratamiento fundamentales: la farmacológica y la no farmacológica.
Desde el punto de vista farmacológico el médico te puede recomendar medicamentos que te pueden ayudar a restablecer ese “equilibrio químico” del que hablamos anteriormente.
La primera opción generalmente son los llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Sobre los medicamentos hay varios puntos que debes tener presente:
- No hacen efecto inmediato, sino que demoran entre 3 y 4 semanas en generar mejorías notables.
- Los efectos secundarios pueden aparecer antes que los beneficios, aunque a medida que pase el tiempo irán disminuyendo.
- No existe un fármaco o una dosis única que funcione en todos. El tratamiento lleva mucho de ensayo y error. Una persona puede pasar por varios fármacos antes de encontrar la dosis y el medicamento que funcione en ella. Paciencia y persistencia, estar sin depresión merece el esfuerzo.
En el caso de depresiones severas, que cursan con ideaciones suicidas, quienes rodean a la persona afectada puede que sean quienes tengan que insistir para que busque ayuda médica.
Cuando la depresión es resistente al tratamiento farmacológico y es muy severa, la opción más efectiva que hay en la actualidad es la terapia electroconvulsiva.
También para estos casos algunos profesionales pueden recomendar la estimulación magnética transcraneal.
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La terapia psicológica
En algunas circunstancias, en especial para aquellos casos en que claramente hay un estresor mediando la depresión, la terapia psicológica puede resultar muy efectiva, más si se combina con la farmacoterapia.
Es una terapia en la que un psicólogo por medio de la palabra, cambios puntuales en tu conducta y técnicas específicas, por ejemplo, de relajación, busca generar alivio a tus síntomas.
Las sesiones duran entre 45 minutos y una hora, generalmente de forma semanal.
Aunque tradicionalmente se hacen de modo presencial en la consulta del psicólogo (opción recomendada), en la actualidad cada vez son más los terapeutas y pacientes que deciden realizar la terapia de forma online.
Encontrar un buen terapeuta es casi un ejercicio de ensayo y error al mismo nivel que la búsqueda del medicamento adecuado.
Me he encontrado muchas personas que después de tener una mala experiencia con un terapeuta deciden que la psicoterapia no funciona y ya nunca vuelven a la consulta de un psicólogo.
Igualmente he conocido otros pacientes que lo han intentado con 6 terapeutas y fue el sexto con el que tuvo éxito.
Si decides que en la psicoterapia puede estar la ayuda que necesitas, asegúrate de acudir a un terapeuta con experiencia en el tratamiento de la depresión.
Sea cual sea el camino que escojas, no te rindas, no llegues a creer nunca que no hay solución. Si un tratamiento no te funciona, demanda otro ¿Es agotador, frustrante, te llena de ira? Sí, pero lo peor que puede pasar es que caigas en la resignación. Tu vida merece mucho más.
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Fuentes y referencias
Ian M Anderson, Danilo Arnone y Timothey Denko (2014): Handbook of Depression. Springer Healthcare.
NHS (2016): Tips for coping with depression. En https://www.nhs.uk/conditions/stress-anxiety-depression/dealing-with-depression/