Los afectados por párkinson pueden experimentar calambres musculares que, aunque son de corta duración, resultan muy dolorosos. El ejercicio físico y las intervenciones fisioterpéuticas pueden ser de ayuda para manejar este molesto síntoma.
La enfermedad de Parkison es un trastorno neurodegenerativo que afecta a más de 6 millones de personas en el mundo y está caracterizado por sintomas motores tales como rigidez muscular, bradicinesia, temblor e inestabilidad.
No obstante, existen una serie de síntomas adicionales tanto neurológicos, cognitivos y neurovegetativos que afectan en diferente medida a estos enfermos.
Entre los síntomas molestos que experimentan con frecuencia están los calambres, que son contracciones (por lo general dolorosas) en grupos musculares o músculos específicos, principalmente en miembros inferiores, aunque pueden ocurrir en cualquier grupo muscular.
Aparecen y mejoran rápidamente y en forma espontánea.
Causas de los calambres
Existen muchas posibles causas de calambres, por ejemplo:
- Alteraciones de los electrolitos.
- Problemas de circulación.
- Enfermedades metabólicas (como diabetes, hipotiroidismo, hipoglicemia).
- Enfermedades neurológicas, incluyendo el párkinson.
- Insuficiencia venosa periférica.
- Deshidratación.
- Falta de movilidad o largos periodos de inactividad.
- Cirrosis hepática.
- Deficiencia de vitaminas, anemia, entre otras.
También puede ocurrir secundario a ingesta de algunos medicamentos como diuréticos, neostigmina, ralofixeno, clofibrato, estatinas, salbutamol y donepezil.
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¿Por qué ocurren frecuentemente calambres en el Parkinson?
Los calambres son más frecuentes en enfermos de párkinson en comparación con la población general.
Es debido a una hiperexcitación nerviosa que estimula la contracción muscular. Se cree que ocurre por la falta de movilidad de estos grupos musculares, además de los trastornos de la marcha.
En pacientes con párkinson, los calambres suelen ser recurrentes, cada episodio dura menos de 10 minutos, aunque los músculos pueden quedar sensibles por horas.
Las partes del cuerpo que más se afectan son los miembros inferiores: músculos generales y pies, además del cuello.
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¿Qué medidas tomar si hay calambres?
Los calambres son síntomas muy molestos cuando se hacen recurrentes o son de larga duración.
El dolor durante la contracción y la sensibilidad posterior son motivos de consulta frecuentes en pacientes con párkinson.
Hay toda una serie de medidas generales que se pueden tomar en estos casos:
- El ejercicio físico suele prevenir los episodios frecuentes de calambres. La actividad física puede ser caminar o usar bicicleta estática, o algún tipo de ejercicio sencillo acorde al grado de movilidad de cada persona.
- Se pueden hacer estiramientos en el área afectada con más frecuencia o grupos musculares contraídos. Estos estiramientos se pueden realizar en cama o sentado, varias veces al día, especialmente luego de los episodios de calambres y antes de dormir, para evitar los calambres nocturnos que despiertan al paciente.
- Fisioterapia con masajes terapéuticos.
- Terapias alternativas como yoga, hipnosis, acupuntura han sido reportados como beneficiosas en casos aislados.
Existen varios medicamentos que se pudieran usar según el criterio médico, sin embargo, no han demostrado ser muy efectivos. Por ejemplo
- Quinina: se ha usado por largo tiempo para calambres, es efectiva, pero muy tóxica: produce trombocitopenia, reacciones de hipersensibilidad, arritmias cardiacas y daño renal.
- Verapamilo o diltiazem.
- Gabapentina.
- Trimetazidine.
Los relajantes musculares no han sido útiles en estos casos. El médico pudiera recomendar usar AINEs (antiinflamatorios no esteroideos) en caso de mucho dolor por calambres repetitivos.
Se recomienda precisar si hay algún déficit de vitaminas o algún oligoelemento o electrolito, o intentar con suplementos que contengan:
- Vitamina B, específicamente B12 y B6.
- Sulfato de zinc.
- Vitamina E.
- Magnesio.
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Referencias
Burgo Fernández JL. Calambres musculares en los miembros inferiores. Rev Clin Med Fam [Internet]. 2008 [citado 2019 Ene 27]; 2(5): 250-253. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1699-695X2008000300009&lng=es.
Ford, B. (2010), Pain in Parkinson’s disease. Mov. Disord., 25: S98-S103. doi:10.1002/mds.22716.