Si no lo ha vivido, seguramente ha escuchado de una situación semejante a esta: anciano que entra por una infección al hospital y a los pocos días, de forma abrupta, comienza a desorientarse, estar muy agitado y a decir cosas incoherentes.
La familia siempre teme lo peor; que la demencia ya ha llegado, pero no, puede que estemos ante un caso clásico de delirium, también conocido como síndrome confusional agudo, una complicación que llega a afectar, según investigaciones muy variables, entre el 14% y el 56% de todos los ancianos hospitalizados.
La buena noticia es que es reversible, la mala: que es una urgencia médica.
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El síndrome confusional agudo provoca serias afectaciones a las habilidades mentales, como resultado la persona no logra centrar su atención en lo que le rodea, no puede pensar con claridad e incluso, olvida quién es y dónde está.
Es una alteración que afecta más a los ancianos que al resto de la población y que es menos común en aquellos que permanecen en un hogar con adecuadas condiciones de vida. Pero es altamente frecuente en ancianos hospitalizados y aún más luego de una operación o durante la estancia en cuidados intensivos.
Por ejemplo, en el caso de las personas que ingresan por fractura de cadera, la incidencia de delirium alcanza al 50% del total de casos.
Aunque el delirium tiene un carácter reversible, la falta de un diagnóstico oportuno puede traer graves consecuencias y algunos investigadores consideran que es una de esas alteraciones que, por su difícil identificación, se diagnostica en menos ocasiones que aquellas en que en realidad está presente.
Esta es la verdadera razón por las que hoy quiero hablarles del delirium. Para que puedan estar alertas y ayuden a sus familiares a tener un tratamiento oportuno.
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¿Cómo se manifiesta el delirium o síndrome confusional agudo?
El delirium es un síndrome que llega con relativa rapidez. En pocos días, o incluso horas, ya puede estar completamente instaurado. Sin embargo, los síntomas son intermitentes durante el día, con periodos de calma y con frecuencia empeoran al caer la noche, un fenómeno que se conoce como “sundowning”.
Para ser más específicos te ofrecemos un listado de los principales síntomas organizados según las áreas del comportamiento que afectan:
Dificultades en la orientación, evocación y reconocimiento de la realidad
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Incapacidad para concentrarse en aspectos específicos. Se distraen fácilmente.
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Perdida de la memoria, sobre todo de las cosas que han ocurrido recientemente (ultimas horas, días, etc.).
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Incapacidad para reconocer quiénes son y dónde se encuentran.
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Hablar cosas sin sentido o permanecer hablando sin un propósito ni idea clara que comunicar.
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Dificultades para comprender lo que se dice.
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Dificultades para leer o escribir.
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Ver cosas que no existen en realidad (alucinaciones).
Cambios en el comportamiento
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Inquietud, agitación o conducta desafiante hacia las personas. que están a su alrededor.
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En otras ocasiones, en lugar de agitado el paciente puede estar retraído y no responder a los estímulos externos.
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Gritos o gemidos.
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A veces los movimientos pueden ser suaves y aletargados.
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Los ritmos de sueño y vigilia pueden invertirse y así el paciente pasar a estar despierto durante la noche y dormido durante el día.
Problemas emocionales
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Puede aparecer ansiedad o miedo.
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Depresión.
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Irritabilidad.
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Euforia.
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Apatía.
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Los estados de ánimo pueden cambiar de manera rápida e impredecible.
Al leer todos los posibles síntomas del delirium podemos darnos cuenta de algo: a veces los síntomas provocan agitación en el afectado y en otras hacen que permanezca retraído. Esto se debe a que existen tres tipos fundamentales de delirium, algo que es importante que conozcamos para no confundirnos por la aparente contradicción que implican algunos síntomas.
Así, existe un delirium hiperactivo donde predomina la inquietud, la agitación, los cambios rápidos en el estado de ánimo y las alucinaciones. Además existe un delirium hipoactivo que se caracteriza por la reducción de la actividad del afectado, movimientos lentos, somnolencia y aturdimiento.
Y por último está el delirium mixto, que incluye síntomas de los dos anteriores con rápidas variaciones del estado agitado al de aturdimiento y lentitud.
¿Cuáles son las causas del delirium o síndrome confusional agudo?
La verdad es que aún la ciencia conoce todas las explicaciones de por qué se produce el delirium. Se sabe que más que una enfermedad en sí, es la consecuencia de otra y que su aparición depende de la interacción de múltiples factores de riesgo.
No existe una fórmula para determinar cuántos de estos factores deben estar presentes para que aparezca el padecimiento, pero es importante conocerlos. Algunos pueden ser controlados y aunque otros escapan de nuestras manos, saber que están allí también puede de ser gran ayuda para evitar futuras complicaciones. Así que demos un vistazo.
Factores de riesgo y potenciales desencadenantes del delirium:
- Hospitalización.
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Daños en la visión y la audición.
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Inmovilidad.
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Ingestión de algunos medicamentos entre los que destacan: anestésicos, analgésicos, medicamentos para el asma, medicamentos para la alergia, antidepresivos, antimicrobianos, medicamentos para enfermedades cardiovasculares, relajantes musculares, anti-parkinsonianos.
- Traumatismo craneal.
- Convulsiones.
- Accidente vascular cerebral.
- Demencias.
- Insuficiencia hepática.
- Fallo renal.
- Anemia.
- Hipoxia.
- Disminución del sodio en el organismo.
- Infarto agudo al miocardio.
- Insuficiencia cardiaca.
- Arritmia.
- Insuficiencia respiratoria.
- Estrés emocional.
- Cirugías.
- Falta de sueño.
- Edad avanzada.
- Abstinencia de alcohol u otras drogas.
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¿Cuál es el pronóstico de un paciente con delirium?
Este es un aspecto un poco controversial. Si bien el delirium es considerado una enfermedad reversible, su evolución no siempre es positiva, incluso cuando se trata adecuadamente. El delirium muchas veces aparece en personas que padecen graves enfermedades y esto complica la evolución del paciente y en ocasiones el desenlace no es feliz.
Aunque el delirium no implica que la persona padece o padecerá demencia —su aparición es más rápida pero los daños son menos irreversibles—, en múltiples ocasiones aparece en pacientes que ya tienen síntomas de demencia. En estos casos el pronóstico es poco favorable y la disminución de las facultades aumenta cada vez más.
Así, el delirium no es una condena inapelable de demencia, pero lo mejor es prevenirlo porque la situación puede complicarse con cierta facilidad. Esa es la razón por la que, a la hora de elegir tratamientos, la prevención es uno de mis preferidos. Hablemos de ello.
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¿Cómo tratar el delirium?
Ya lo adelantaba, la prevención es un pilar básico para lidiar con esta alteración. Siempre que un mayor enferme se debe evitar, en la medida de lo posible, los sedantes y los narcóticos y garantizar una buena hidratación y oxigenación.
Si aparece alguna complicación de salud, debe ser atendida lo antes posible y se debe dar mucha importancia a los cuidados de enfermería, que deben ser continuos.
El ambiente físico también ayuda a prevenir el delirium; entornos tranquilos, con elementos que ayuden a orientar a la persona en tiempo y espacio ( con un reloj, calendario, etc) y la compañía de un familiar cercano, son factores que pueden disminuir las posibilidades de que aparezca el síndrome confusional agudo.
Por otra parte, el tratamiento del delirium se basa en tratar la enfermedad de base y, hasta donde podamos, evitar todos los medicamentos que pueden desencadenar este síndrome.
En cuanto un familiar note los primeros signos de alarma que aquí hemos descrito, se debe informar al personal médico con la mayor precisión posible. Recuerda siempre, la información nunca sobra, mientras más detalles, mejor.
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Referencias
Altimir, S., Montserrat, P. (2002) Síndrome confusional en el anciano. Medicina Clínica. 119 (10).
Fong, T., Tulebaev, S., Inouye, S. (2009) Delirium in elderly adults: diagnosis, prevention and treatment. National Review of Neurology. 5 (4), pp.210-220.
Mayo Clinic Staff. Delirium, Diseases and Conditions. Disponible en http://www.mayoclinic.org/diseasesconditions/delirium/basics/prevention/con-20033982