Las demencias se caracterizan por un deterioro persistente de nuestras capacidades mentales que interfiere en las habilidades para desempeñarnos desde un punto de vista profesional, social, y al llegar a determinado grado de deterioro, en las habilidades para realizar las actividades básicas de la vida diaria.
Olvidar dónde pusimos la llave no es demencia, la demencia comienza cuando ya el deterioro de la memoria y otros procesos cognitivos empiezan a impedir que realicemos con éxito actividades que antes nos eran cotidianas, como cocinar o hacer la compra.
Muchas enfermedades pueden provocar demencia. Es muy importante estar informado acerca de estas enfermedades porque a medida que nos acercamos a la tercera edad presentamos más riesgo de padecerlas.
Sin embargo, el mundo de las demencias es amplio y complejo, en él podemos extraviarnos si no contamos con una buena guía. Por eso, en esta ocasión quiero comentar sobre algunas de las enfermedades que provocan demencia.
Enfermedades degenerativas primarias del sistema nervioso central.
Una de las causas más frecuentes de demencia son las enfermedades degenerativas primarias del sistema nervioso central, término que se aplica a las enfermedades del sistema nervioso que cursan con alteraciones de las células neuronales (Navarrete, Prospéro, Hudson, & Guevara, 2001).
Para una mayor orientación a la hora de realizar un diagnóstico, estas enfermedades se dividen en aquellas en que la demencia es una manifestación clínica más y aquellas en que la demencia es la manifestación más importante (Nitrini & Dozzi, 2012).
Dentro de las enfermedades degenerativas primarias del sistema nervioso central en que la demencia no es la manifestación central destacan la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Huntington, aunque no son las únicas posibles.
El párkinson es una enfermedad lenta y progresiva, que se presenta en cualquier parte del mundo, aunque su incidencia varía de acuerdo al área geográfica, siendo particularmente elevada en áreas donde interviene una diversidad de factores ambientales como son los tóxicos (metales pesados como aluminio, manganeso y cadmio) y pesticidas, así como infecciosos.
La enfermedad de Parkinson tiene entre sus síntomas fundamentales las alteraciones motoras, como la lentitud, el temblor o la rigidez en la ejecución de los movimientos.
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Mientras, la enfermedad de Huntington se caracteriza por irritabilidad, ansiedad, deterioro intelectual y dificultad en los movimientos, sobre todo en tareas complejas. Es conocida también por el término corea de Huntington, debido a los llamativos movimientos coreicos que caracteriza a quienes la padecen.
Es una enfermedad con un gran componente genético; los descendientes de quienes la sufren tienen el 50 % de posibilidades de heredarla.
A su vez, entre las enfermedades degenerativas del sistema nervioso en que la demencia es el síndrome principal destaca el alzhéimer.
En esta enfermedad las afectaciones a la memoria tienen un papel fundamental, pero no son las únicas, sino que existen alteraciones del lenguaje, fallo en el reconocimiento o identificación de objetos, deterioro en el control de los movimientos y alteraciones en la planificación y ejecución de actividades.
Entre los factores de riesgo de padecer alzhéimer destaca la edad avanzada, los traumatismos craneoencefálicos, la alimentación inadecuada, la depresión y la vida sedentaria.
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Demencia vascular.
Después de las enfermedades degenerativas, la demencia causada por enfermedad cerebrovascular o demencia vascular es la más frecuente. En esta demencia, la pérdida de capacidades mentales ocurre de forma brusca, aunque luego puede haber momentos de fluctuación.
Las personas con más riesgo de padecer esta enfermedad son los hipertensos, los arterioscleróticos, los que presentan enfermedad cardíaca isquémica y los que padecen diabetes mellitus.
Demencias secundarias.
Existen además las demencias secundarias. Estas demencias son causadas por enfermedades conocidas, algunas de ellas potencialmente reversibles y tratables, y enfermedades que no llevan primariamente a la demencia, pero que pueden manifestar síntomas de demencia si el sistema nervioso central está involucrado.
En este grupo podemos encontrar las llamadas demencias metabólicas. Estas pueden ser causadas por deficiencias sistémicas del organismo, como enfermedades del sistema endocrino (hipertiroidismo, hipotiroidismo enfermedad de Addison, síndrome de Cushing, hiperparatiroidismo hipoparatiroidismo, hipopituitarismo.
Además, la demencia puede estar ocasionada por deficiencias nutritivas (glucosa, tiamina, niacina, cianocobalamina, ácido fólico); e intoxicaciones provenientes del exterior como en el caso del alcohol, las drogas o los metales pesados.
También son demencias secundarias las causadas por enfermedades infecciosas como sífilis, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, kuru, tuberculosis, malaria y SIDA, entre otras. En muchos casos estas enfermedades suelen causar cambios en el nivel de consciencia, pero solo causan demencia cuando su afectación deja secuelas a largo plazo.
Y es igualmente importante comentar el caso de los traumatismos craneoencefálicos. Estos se caracterizan por un evento traumático (accidente automovilístico o caída) que resulta en una lesión en el cerebro o en una alteración fisiológica de la función cerebral (alteración o pérdida de conciencia) y en ocasiones las secuelas de estos eventos pueden evolucionar en deterioro cognitivo y demencia en dependencia de la localización e intensidad del daño.
Referencias
Navarrete, E., Prospéro, O., Hudson, R., & Guevara, R. (2001). Enfermedades neurodegenerativas que cursan con demencia. Gaceta Médica de México, 137(2).
Nitrini, R., & Dozzi, S. (2012). Demencia: Deficinición y Clasificación. Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, 12(1), 75-98.