Hay características comunes en las personas que tienen menor riesgo de demencia. Una vida social y físicamente activa junto a una alimentación saludable, parecen ser algunas de las claves.
Recientemente leímos un artículo de esos que pueden resultar polémicos pero que aportan elementos que merecen conocerse.
Fue publicado en la revista Reader´s Digest y redactado por Kenneth S. Kosik, neurocientífico profesor de la Universidad de California en Santa Bárbara (anteriormente de la Universidad de Harvard) y la escritora y periodista Alisa Bowman.
En el artículo se hace referencia al creciente cuerpo de evidencia científica alrededor de los condicionantes medioambientales y de estilo de vida en el surgimiento y evolución de la enfermedad de Alzheimer y su consecuencia final, el desarrollo de demencia.
Una investigación realizada por científicos finlandeses y suecos aporta las evidencias más interesantes. Durante dos años siguieron a más de mil personas entre 60 y 77 años de edad a los que se incluyó en programas de modificación de estilos de vida. Las áreas en las que se intervino incluían nutrición, ejercicio y estimulación del funcionamiento intelectual.
Los investigadores comprobaron que aquellos que modificaban su estilo de vida hacia comportamientos más saludables, tenían mejores resultados en las pruebas cognitivas que los miembros del grupo control en los que no se había realizado ninguna intervención.
Se logró retrasar el diagnóstico de demencia por dos años y disminuir la prevalencia de demencia un 25%.
Esta y otras investigaciones hacen que el profesor Kosik describa los hábitos que se han identificado en las personas con menor riesgo de padecer demencia.
Aunque es un tema polémico en el que constantemente una investigación contradice la anterior (véase: Factores de riesgo y protectores en la enfermedad de Alzheimer) hoy hemos querido traeros el listado de los hábitos de vida que caracterizan a las personas que tienen un menor riesgo de demencia, según el Dr. Kosik y la escritora Alisa Bowman.
Disminuir el riesgo de padecer demencia: ellos lo hacen así
Llevan una vida activa
Según ambos autores la actividad física está entre los más potentes protectores frente al declive de las funciones cognitivas (mentales). En un estudio realizado por científicos de la Universidad de Illinois se encontró que aquellas personas que hacían deporte al menos tres veces por semana, un mínimo de 15 minutos por sesión, eran menos propensas a desarrollar alzhéimer.
Aconsejan caminar al menos 1 km diariamente y bailar, sí, bailar. Según una investigación de Colegio de Medicina Albert Einstein en New York bailar disminuye el riesgo de demencia más que ninguna otra actividad física, si lo haces con un grupo de amigos mucho mejor.
Comen alimentos antiinflamatorios y ricos en antioxidantes
Aunque no se ha llegado a un consenso sobre la mejor dieta para el cerebro, la evidencia indica que existe un patrón entre aquellas tradiciones alimenticias más beneficiosas para nuestras neuronas: son ricas en verduras y bajas en alimentos procesados.
Ya es muy conocida la llamada Dieta Mind, diseñada específicamente para la salud cerebral. Incluye un conjunto de 15 alimentos, 10 saludables al cerebro como las verduras de hoja verde y otros vegetales, nueces, frutos del bosque , alubias, cereales, pescado, aves de corral, aceite de oliva y vino y cinco poco saludables; carnes rojas, mantequilla, queso, pastas y dulces, frituras y la llamada comida rápida.
Kosik y Bowman aconsejan empezar todas las comidas con una porción de verduras y utilizar especias para dar sabor a los alimentos evitando el uso de aceite, mantequilla y sal. Hacen especial énfasis en la cúrcuma y el curry que contiene el potente antioxidante curcumina.
También te puede interesar leer: Dieta MIND: alimentando el cerebro
Llevan una vida social activa
Sí, hablar con los amigos es saludable.
Un estudio del Centro Rush para la enfermedad de Alzheimer, en Chicago, EE.UU, encontró que aquellos adultos mayores que tenían una vida social más activa tenían una tasa de deterioro cognitivo hasta 70% menor que aquellos con menos interacción social. Aconsejan hacer nuevos amigos y planificar cenas a las que invitéis a vuestros allegados.
También te puede interesar leer: Zonas azules: lugares donde las personas viven más y mejor ¿Por qué?
Ejercitan su cerebro
Las personas con menor riesgo de demencia mantienen el cerebro saludable mediante actividades que les resultan desafiantes. Las alternativas de actividades son infinitas: desde ayudar a los nietos a hacer las tareas hasta ensamblar un mueble de IKEA (eso sí es estimular el cerebro…y retar la paciencia).
Mencionan la ya popular investigación realizada a los taxistas londinenses. Para sacar la licencia los conductores de taxis de Londres deben memorizar los nombres de 25000 calles y 320 rutas posibles.
Una investigación demostró que tienen una zona del cerebro directamente relacionada con la memoria, el hipocampo, con más volumen que aquellas personas que no son taxistas, incluso que los conductores de autobuses que tienen que memorizar menos rutas.
Leer, participar en juegos de mesa, practicar instrumentos musicales, realizar puzles: todo vale mientras cumpla una premisa, que resulte un desafío para tu cerebro.
También te puede interesar leer: Neurorecetas: recetas de cocina para la salud cerebral ¿Funcionan?
¿Significan estas recomendaciones que llevar estilos de vida de acuerdo a estas premisas va a evitar que desarrolles demencia?
Como siempre decimos, no, muchas personas con una vida social e intelectual muy activa, que además han cuidado su alimentación y hacen deporte, también han desarrollado demencia.
Lo que significa, es que se ha detectado en las personas en las que predominan esos hábitos de vida que la incidencia de demencia es menor y la velocidad con la que deterioran mentalmente también es menor. Puede, en fin, significar que el porciento de riesgo lo determinamos nosotros.