Vértigo posicional paroxístico benigno: cuando sientes que todo da vueltas a tu alrededor


El vértigo posicional paroxístico benigno es una de las principales causas de vértigo periférico. Ante los cambios de posición de la cabeza en el espacio, el paciente suele manifestar la aparición del síntoma, asociado a otros de tipo vegetativo como náuseas, vómito, sudoración, etc.

vértigo posicional paroxístico benigno

El vértigo posicional paroxístico benigno suele aparecer con mayor frecuencia en las mujeres mayores de 50 años; evolucionando por periodos de crisis recurrentes, donde los síntomas duran generalmente escasos segundos y el paciente no manifestará síntomas auditivos ni neurológicos asociados.

Ahora bien, ¿cuáles son los síntomas más característicos del vértigo posicional paroxístico benigno?

  • Vértigo rotatorio (sensación de rotación) que evoluciona por periodos de crisis múltiples recurrentes.
  • Duración aproximada de 10 a 60 segundos, aunque algunos casos pueden referir mayor tiempo de duración secundario a la confusión que le origina no poder distinguir entre el vértigo característico y la sensación de inestabilidad, fruto del mareo que puede quedar después de cada crisis.
  • Aparece bruscamente ante los cambios de posición de la cabeza, principalmente al levantarse de la cama, al girarse sobre esta, al agachar la cabeza, mirar hacia arriba extendiendo el cuello o al inclinar la cabeza hacia delante.

  • Sensación de que los objetos giran a su alrededor.
  • Los episodios de vértigo pueden aparecer en el paciente durante el curso de varios días o manifestarse solamente en el transcurso de un día, para luego desaparecer hasta que se vuelva a desencadenar la crisis (evolución por periodos).
  • El paciente suele referir síntomas acompañantes, como náuseas, vómitos, sudoración fría, y palidez; todo esto posterior a la reacción vagal (causa del popularmente conocido desmayo) que acompaña al síntoma principal.
  • No manifestará síntomas auditivos como hipoacusia, zumbidos en los oídos, etc. los cuales están generalmente presente en los vértigos de origen periférico.

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Pero, ¿qué provoca este cuadro clínico?

El cuadro ocurre secundario al movimiento de pequeñas partículas denominadas otolitos, que flotan libremente en la endolinfa, líquido contenido en el oído interno, órgano relacionado con el mantenimiento del equilibrio.

Ante los movimientos de la cabeza, los otolitos también se mueven y se produce una estimulación inadecuada a nivel del oído, provocando en el paciente la aparición de los trastornos del equilibrio asociado a los síntomas vegetativos.

¿Cómo es el proceso diagnóstico del vértigo posicional paroxístico benigno?

Durante el examen físico el doctor deberá realizar un examen neurológico completo, así como exploración de los oídos (otoscopia).

Las maniobras de provocación del vértigo (prueba de Dix-Hallpike, prueba de Pagnini-McClure o de rotación cefálica), serán necesarias para establecer el diagnóstico. Al realizar el médico las maniobras de provocación del vértigo, aparecerá nistagmo (movimientos involuntarios, incontrolables de los ojos).

Con ellas el especialista realizará en el paciente movimientos de la cabeza en relación a la gravedad, lo que le permitirán localizar la zona del oído interno afectado, para de esta forma proceder al tratamiento a través de las maniobras de reposición de partículas.

El médico se podrá apoyar de pruebas complementarias como analíticas de sangre, audiometrías, tomografía axial computarizada, resonancia magnética nuclear; así como otras más específicas, entre ellas la videonistagmografía, pruebas rotatorias, potenciales evocados miogénicos vestibulares, etc.

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El tratamiento del vértigo posicional paroxístico benigno

vértigo posicional paroxístico benigno

El especialista en otorrinolaringología podrá realizar las maniobras de reposición de partículas para mover los otolitos, que mencionamos anteriormente, a una zona del oído donde no provoquen vértigo.

Durante las maniobras de reposicionamiento de partículas el médico colocará al paciente en diferentes posiciones durante algunos segundos, lo cual mejorará la sintomatología y por consiguiente, su calidad de vida.

Se podrán indicar medicamentos que disminuyan los síntomas vertiginosos, así como los vegetativos asociados.

Si el cuadro persiste, se podrá indicar ejercicios de rehabilitación vestibular, fármacos y en algunos casos será necesario la intervención quirúrgica.

Algunas recomendaciones para el manejo de la fase aguda de la enfermedad

  • Evitar los movimientos cefálicos como agachar la cabeza, extender el cuello al mirar hacia arriba o inclinar la cabeza hacia delante.
  • Si se siente mareado, busque un objeto cercano que le permita sostenerse y una silla para sentarse inmediatamente.
  • Evite dormir hacia el lado del oído afectado.
  • Al levantarse de la cama, realícelo despacio, le recomendamos primero sentarse durante unos minutos y luego, si no existe vértigo, pararse con cuidado.
  • Durante los periodos de crisis podría ser necesario el empleo de bastones o andadores, según estado funcional del paciente y criterio médico.
  • No realice actividades que puedan poner en peligro su vida durante la fase aguda de la enfermedad (conducir, operar maquinarias pesadas, etc.).

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Fuentes y Referencias

Carnevale C, Muñoz F, Rama J, Ferrán L, Rodríguez R, Sarría P, et al. Manejo del vértigo posicional paroxístico benigno en atención primaria. SEMERGEN – Medicina de Familia 40(5):254-260 · January 2014.  DOI:10.1016/j.semerg.2014.01.001. Disponible en: https://www.researchgate.net/publication/321714609_Manejo_del_vertigo_posicional_paroxistico_benigno_en_atencion_primaria